Lugares extraños

sábado, 1 de diciembre de 2007

Hay lugares que son acogedores, tienen en sí mismos una creatividad que se “transfiere” a sus pobladores. Ámsterdam (S/N) es uno de ellos; para empezar no tiene número, luego
su arquitectura es una mezcla de Bauhaus con un gótico –si se puede decir de esa forma- que invita a una forma especial de ver la realidad.

"Si, hola, ¿Me puedes dar informes del departamento?"

"Ya, mira, el departamento es amplio, tienes que verlo."

“¿Así, así?”

“sí ¿Cuándo vienes?”

“Ahorita”

Berenice miró de lejos el edificio, a cada paso que daba percibía una sensación extraña en su vientre. En la acera de enfrente se detuvo, y observó la dirección: Amterdam (S/N).

“Este es mi lugar -le dijo una pequeña voz en su interior."

Lo primero que noto Berenice al entrar fue un olor dulce, el lobby era silencioso; tocó el timbre del ascensor, los números se iluminaron: 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, PB. Ascendió y pulsó el numero tres.

“ Hola - le dijo Roberto. -Tu debes ser Berenice”

“Si”

Al entrar Berenice le vino un deja vú, imágenes raudas cruzaron su mente, vio el departamento y a ella misma. Ya no dudó, tenía un sitio en donde vivir, un lugar suyo.

“Y bien -le preguntó Roberto."

“Lo rento”

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