Quantum Nova

jueves, 21 de enero de 2010

Por que cómo describir aquella sensación, esa pulsión macabra, terrorífica en los cuerpos de aquellos seres. El sentir aquellos testículos calientes, hirvientes golpeando el culo de la mujer. O aquella sinuosa verga-víbora, con movimientos propios, hirviente y rojiza ensartarse y desgarrar el útero y a la vez dar un terrible dolor mezclado de sangre a aquellas rasposas arremetidas.
Mas cómo explicar que los tiempos lo demandaban, esa moral falsa, y utilitaria que sobajaba la época en curso. La única resolución demencial posible era el llano llamado de la autodisolución corporal. Y no era algo premeditado, razonado, es más, ni siquiera el seguir los impulsos básicos animalescos. No, esto por vez primera en la historia de los humanos iba más allá. No anidaba placer alguno, era solo el vacío mas absoluto y disolvente.
Los actores, los dramantes ni siquiera sobrevivirían ante semejante Quantum. Habían llevado sus existencias y en especial sus cuerpos a algo más allá de toda posibilidad física. La sola vacuidad reflejaba la violencia de los astros. Como si fuera la explosión de una supernova en el lugar donde no podría haber alguna; como si un planeta mediano de repente y en un instante volviesese un rush energético sin precedentes.
Ese rush a que estos cuerpos accedían y rebasaban en cualquier significación posible. Ese algo que rebasaba la diminuta capacidad de los sentidos como universo organizador.
Se había accedido a un nuevo Quantum, un nuevo rush del universo.
Porque no hay nirvana o samsara, solo una ilusión. Un juego en donde se elige una y otra vez. Pero ellos, ese espació llegó más lejos. No era una sobre posición de fuerza, un trascender, no había base alguna o principio. Era imposible que sucediese pero sucedía. No eran animales sublimando su animalidad, simplemente ya no eran ni siquiera animales; ni siquiera cuerpos, o pulsiones agotando su existencia. Ya no había tal.

Creative Commons License