Francisco escucha el teléfono, corre y contesta desesperado, es ella.
"¡Diga!"
"¿Me llamaste?"
"Si ¿Como estas?"
"No muy bien, triste"
"¿Por lo del trabajo?"
"Si, no se, no puedo con los juegos"
Francisco aspira profundamente, sabe lo que a continuacion viene, en lo profundo lo que le molesta es la nula solidaridad de ella para con él.
The God of the small idiots
domingo, 2 de diciembre de 2007
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